Let´s twitt

viernes, 20 de enero de 2012

Solamente el cielo

Marvin García. Foto por: Henning Sac


Según cuenta la leyenda, este libro se escribió a lo largo de un extenso viaje que el autor hizo a través del cielo centroamericano. Lo cierto es que después de haberlo leído, el cielo ya nunca más fue esa palabra, pues se transformó por la magia de quien lo había escrito.

Publicado por Vueltegato Editores en 2011, este poemario es un lugar de comunión para la tristeza, el amor, la pérdida y la esperanza. También es un sitio de descanso para aquellos que desean reclinar la cabeza y dejarse al olvido. 

Cada poema de Solamente el cielo deja la sensación de ser una última balada y el reloj va marcando ya las siete de la noche. Disfruten lentamente y procuren -al llegar la hora de la despedida- guardar (como un recuerdo) la sonrisa y el sosiego.

Marvin García (Guatemala 1982), Director del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango.


Retrato 1
Cuando las aves se reúnen a ver el cielo en un balcón
Yo me refiero al cielo
como una manifestación cósmica que nos reúne
y nos convierte en objetos valiosos
Yo me refiero al cielo
 como una habitación llena de luz, como una caricia,
como un corazón con miedo,
como una eternidad pasajera
Yo me refiero al cielo
como un paraíso de color violeta, azul, naranja
o en el más extraño color visto desde el más triste país
Por eso,
Cuando las aves se posan en un balcón a mitad de la madrugada,
a mitad de una ciudad vacía,
el cielo entero cabe en ellos.



 Retrato 12
El cielo se imagina
(A propósito de las historias que soñamos)
Vamos a imaginar que nada de esto ocurrió
que la memoria es el cielo estrellado
de una  noche fría
Vamos a imaginar que la muerte no existe
y que no vas a partir
Vamos a imaginar que somos otros,
que ciudad de Guatemala , Managua o San José
pueden ser lugares dulces y esperanzadores
Vamos a imaginar que somos dos seres con el mismo corazón
Vamos a imaginar que mañana
nos tocará vivir las historias que inventamos
y que nuestra vida al final tendrá remedio
Sin notarlo,
estaremos tomados de la mano
mientras el amanecer nos abraza.



Retrato 5
El cielo se estremece cuando lo observas
Caminar es elevar una oración,
perderse entre la gente,
esperar a que el semáforo de luz verde
Siempre que te recuerdo
pienso en el cielo anaranjado de Guatemala a media noche
Del oscuro universo,
del paso del tiempo, de tu espalda
Del árbol que plantaste en mi pecho
Lo malo de la vida es que nada se repite.



Retrato 7
Los poetas viajan de vez en cuando al cielo
(A un poeta ausente)
Dicen que los grandes mueren a los 27 años:
Janis Joplin, Jimi Hendrix y mi vecino
Cuando digo esto,
dos pajaritos se asoman a mi ventana y me observan
Quizá ellos sepan la verdad sobre la vida
Quizá ellos tengan su nido en las estrellas
Puede que ellos comprendan el significado de la palabra muerte
En unos años los hombres aprenderemos a no olvidar,
en unos años el mundo será otro
Los pajaritos se han marchado
La ventana y yo entendemos lo que es la ausencia.



Retrato 10
Cuando los gatos maúllan desesperados invocan al cielo y a la eternidad
Volveremos al mismo bar
donde la ciudad es como una niña abandonada
Para que sintamos el frío en nuestras manos,
para que imaginemos
que el tren que pasa tantas veces
es el mismo en el que tendremos que escapar
Para que recuerdes que el tiempo puede ser una señal exacta
y que un árbol,  a medio boulevard, puede ser una obra de arte
Volveremos al mismo bar
y sentiremos la misma ansiedad que sienten
los gatos cuando ven al cielo
Vamos a pensar que todo fue un sueño, una historia, unas horas en nosotros
Te voy a dar nuevamente dos aves
para que te hablen al oído
Nos daremos el más largo de los abrazos
Me hablarás de cuando eras niña,
de tu forma de salir corriendo,
del miedo que le tienes a las ratas
Encenderemos el mismo cigarro
y el humo que escapará de nuestros pechos
nos tratará con dulzura
Saldremos a la calle tomados de la mano
Esperaremos que el reloj deje de marcar nuestra hora
y te pediré nuevamente que no me dejes,
que te quedes conmigo,
que me ames como amas tus zapatos rojos.



Retrato 24
El cielo que contemplamos
Son las siete de la noche, es la hora
cerremos los ojos y pensemos nuevamente
que los niños que viajarán a otras galaxias somos nosotros
Nuestros corazones serán dos piedras brillantes
Al fin nos tocará sonreír
Vamos a creer en la vida y en la esperanza de estar juntos
Tú tendrás zapatos rojos y yo una enorme antorcha en el pecho
Vamos a tener una ballena tan pequeña que la esconderemos en tus  manos
Recorreremos los lugares más inhóspitos,
nos tomaremos de las manos
y contemplaremos el cielo
La vida no pasará tan rápido como piensas
Todo minuto será una eternidad, una eternidad nuestra,
un detalle que guardarás en ti
Nadie nos robará la sensación
de que todo nos pertenece
Mañana, esperaremos a que den las siete,
para que papá abra de nuevo el libro 

e inicie la historia nuevamente.